miércoles, 19 de enero de 2011



    Una película que te mantendrá pegado a la pantalla del ordenador o de tu televisor (siempre y cuando la consigas encontrar en algún video club), es uno de esos largometrajes rodados como si fueran un corto, que hay que verlos en versión original como todos, pero este con más motivo porque es la interpretación de los actores lo que hace que mantengas la expectación en todo momento. El guión te sumerge en una historia que te va atrapando sin darte cuenta, como sin quererlo, te sientes parte de los hombres que se encuentran en aquella sala escudriñando cada gesto del protagonista que revele su verdad, su juego. 

Una excelente demostración de que para hacer una película de ciencia ficción, no hace falta grandes presupuestos, ni deslumbrantes efectos especiales, solo un buen guión, buenos actores y una buena historia.

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